martes, 29 de mayo de 2012

Turrón de Jijona


Se cree que ya en la época griega se preparaba una pasta compuesta por frutos secos (almendra, principalmente) y mieles, la cual servía a los deportistas griegos como producto energético para participar en las Olimpiadas.

Más recientemente, se han constatado datos históricos que aseguran que el turrón ya existía en la villa de Sexona (actual Jijona) en el siglo XVI.

Fueron los árabes quienes introdujeron este dulce, y así lo reconoce el Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas del Turrón de Jijona y Alicante.

A pesar de todo, existen diferentes versiones acerca del origen del turrón.

Unas fuentes afirman que el turrón surgió tras un concurso propuesto por los árabes en el que se trataba de buscar un alimento nutritivo que se conservara en buenas condiciones durante una larga estancia y que fuera transportado fácilmente por sus ejércitos sin peligro de intoxicación.

Otras fuentes, no obstante, afirman que el turrón surgió gracias a la elaboración por parte de un artesano de Barcelona, apellidado Turró, el cual realizó un alimento con materias primas abundantes de la región que sería un recurso indispensable en épocas de escasez y hambrunas, ésta versión es la menos respaldada.

De todos es sabido que el consumo de turrón prácticamente se reduce a las fechas navideñas.

Respecto a este tema, cabe destacar un libro de Francisco Martínez Montiño titulado “CONDUCHOS DE NAVIDAD”, que data de 1584.

Su autor era el jefe de cocinas de Felipe II y en él se reflejaba ya la costumbre de comer turrón en las fechas navideñas allá por el siglo XVI.

Via: turronesydulces.com

Ingredientes:
350 gr. de almendras
100 gr. de avellanas
450 gr. de azúcar
450 gr. de miel
5 claras de huevo
Elaboración:

Se compran las almendras y las avellanas peladas o sin pelar ( luego en casa con tiempo se cascan y se las quita la piel a las avellanas), se tostan en el horno hasta que tengan un color tostado y se pasan por la picadora hasta formar una pasta.
En un cazo, se calienta la miel con el azúcar y, cuando ésta se disuelva, se deja enfríar un poco y se añade la pasta de avellanas y almendras.
Se sigue trabajando con fuejo muy bajo.
Se montan las claras y se añaden poco a poco, procurando que no bajen hasta que la masa tenga consistencia.
Se prepara un papel de estraza y con él se da forma a esta masa para que quede como una barra.
Cuando el papel este empapado debe cambiarse.

Existen diferentes tipos de almendra, como la Marcona, Planeta, Mollar, Mallorca, Valenca…
No obstante, la preferida y más idónea para un buen turrón es la variedad Marcona.

El turrón no debe guardarse en la nevera, sino en un lugar fresco, para que este terso y no muy duro.

Si aumentamos el número de claras se obtendrá un turrón más blando.

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